Dios mío,
Hoy me acerco a ti con humildad y sinceridad para reconocer mis propias debilidades. Soy consciente de que a menudo me equivoco y fallo, y necesito tu ayuda para superar mis limitaciones y para ser una mejor persona.
Te pido que me ayudes a ver mis debilidades con claridad, a reconocer mis errores y a aceptar la corrección con humildad. Ayúdame a ser más sensible a las necesidades de los demás, a ser más generoso y más compasivo. Ayúdame a crecer en mi fe, a comprender más profundamente tu amor y tu voluntad para mi vida.
Permíteme sentir tu presencia en mi vida, para que pueda recibir tu fuerza y tu guía. Ayúdame a confiar en ti y a seguir tus enseñanzas, sabiendo que tú siempre estás conmigo y que puedes hacer cualquier cosa posible.
Gracias por tu amor incondicional y por tu gracia que me permite reconocer mis debilidades y buscar tu ayuda. Confío en ti y en tu plan perfecto para mi vida. En el nombre de tu Hijo Jesús, Amén.