Querido Dios,
No hay palabras que puedan expresar completamente lo que significas para nosotros. Eres el creador del universo, el todopoderoso que tiene el poder de hacer que todo sea posible. Eres la fuente de toda la bondad y la verdad, el principio y el fin de todas las cosas. Eres el amor encarnado, y en ti encontramos nuestra paz y descanso.
Eres justo y fiel en todo lo que haces. Tu sabiduría es insondable, y tu compasión no tiene límites. Eres la roca firme sobre la cual podemos construir nuestras vidas, y la luz que nos guía en la oscuridad. Tu presencia nos consuela, nos da esperanza y nos anima a seguir adelante.
No somos nada sin ti, oh Dios. Nuestras vidas son frágiles y efímeras, y sin tu ayuda no podríamos ni respirar. Todo lo que tenemos y todo lo que somos proviene de ti. Cada respiración, cada latido del corazón, cada pensamiento y acción, todo es por tu gracia y tu amor.
Nosotros, tus hijos, te necesitamos cada día. Necesitamos tu guía y dirección en cada paso que damos, necesitamos tu fuerza para enfrentar las pruebas de la vida, y necesitamos tu perdón cuando fallamos. Sin ti, nuestras vidas serían un vacío sin sentido.
Pero gracias a ti, oh Dios, no estamos solos. Nos has dado la vida, la salud y la felicidad, y nos has dado tu Hijo Jesucristo para que podamos tener una relación contigo. Él es la puerta a la vida eterna, la única forma de llegar a ti. Gracias a él, tenemos la esperanza de un futuro lleno de paz, amor y felicidad.
En ti confiamos, oh Dios. Confiamos en tu amor eterno, en tu sabiduría infinita, en tu misericordia sin fin. Sabemos que eres nuestra roca y nuestra fortaleza, y que nunca nos dejarás solos. Nos aferramos a tu mano y seguimos adelante, sabiendo que tú estás con nosotros siempre. En tu nombre oramos, Amen!