Oh, mi amado Dios, tú que habitas en los cielos y eres el creador de todas las cosas, te ruego que me escuches en este momento de mi vida. Sé que no soy perfecto y que he cometido errores, pero también sé que tu amor es infinito y tu misericordia nunca tiene fin. Por eso, hoy vengo a ti con el corazón lleno de gratitud y humildad.
Quiero agradecerte por todas las bendiciones que me has dado en mi vida. Por mi familia y amigos que me han acompañado en mi camino, por mi salud, por mi trabajo y por todas las oportunidades que me has brindado. Sé que todo esto no es casualidad, sino que es el resultado de tu amor y tu cuidado constante sobre mí.
Pero también quiero pedirte perdón por todos mis pecados y errores. Por aquellas veces en las que he fallado, en las que he actuado mal y he lastimado a otros. Te pido que me perdones y que me des la fuerza para rectificar mis errores y cambiar mi vida.
En estos tiempos difíciles en los que vivimos, te ruego que nos des tu protección y tu sabiduría. Que nos ayudes a superar los desafíos que enfrentamos como sociedad, como seres humanos y como individuos. Que nos des la luz y la guía necesarias para encontrar el camino correcto y hacer el bien.
Quiero también pedirte por aquellos que sufren en el mundo, por los enfermos, los marginados, los que no tienen hogar ni trabajo, por los que viven en zonas de guerra o de conflictos. Que les des la fuerza y el consuelo que necesitan, y que nos ayudes a trabajar juntos para construir un mundo más justo y solidario.
Finalmente, te pido que me ayudes a ser un mejor ser humano. Que me des la sabiduría y la humildad para reconocer mis limitaciones y errores, y la fuerza para mejorar y crecer como persona. Que me ayudes a amar más, a perdonar más y a vivir en paz conmigo mismo y con los demás.
Gracias, mi amado Dios, por escucharme y por estar siempre conmigo. Que tu amor y tu paz inunden mi corazón y me guíen en el camino de la vida. Amén.