Oh Dios, Padre celestial, creador del universo y de todo lo que en él habita, hoy me dirijo a ti para agradecerte por el poder y la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Es a través del Espíritu Santo que podemos entender tu palabra, recibir tu amor y experimentar tu paz. Él es quien nos guía en el camino de la verdad y nos ayuda a discernir lo que es correcto y lo que no lo es. Sin él, estaríamos perdidos en un mundo lleno de confusión y caos.
Agradezco por su presencia en nuestros corazones, por hacernos sensibles a tu voluntad y por ayudarnos a perseverar en momentos de prueba y dificultad. Él nos da la fuerza para seguir adelante y la esperanza de un futuro mejor.
Te pido, oh Dios, que continúes derramando el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. Ayúdanos a ser conscientes de su presencia y a abrir nuestros corazones a su dirección. Que nos guíe en cada paso que demos y que nos lleve a lugares de bendición y paz.
Que su presencia nos transforme de adentro hacia afuera, que nos haga más parecidos a Cristo, más amorosos y más compasivos. Que su poder nos capacite para hacer la obra que tienes para nosotros y que seamos instrumentos de tu amor en el mundo.
Que su presencia sea nuestra fortaleza en momentos de debilidad y que su guía nos lleve por el camino correcto. Que su paz llene nuestros corazones y que su amor nos haga más unidos como hermanos y hermanas en Cristo.
En el nombre de Jesús, te agradecemos por el Espíritu Santo y te pedimos que continúes derramando su poder y su presencia en nuestras vidas. Amén.