Había una viuda en una ciudad de Galilea que enfrentaba un gran problema. Ella vivía sola y no tenía recursos suficientes para sobrevivir. Pero esta viuda era una mujer muy insistente y decidida, y decidió recurrir a un juez justo para obtener justicia.
El juez, sin embargo, no le prestaba atención a la viuda, y ella comenzó a orar y a pedir ayuda a Dios. La viuda no se rindió y siguió orando y pidiendo justicia día y noche, hasta que el juez finalmente se sintió cansado y decidió ayudarla.
Jesús, en su sermón en la montaña, menciona esta historia en la Biblia para enseñar sobre el poder de la oración insistente. Él dice que si una viuda insistente puede conseguir justicia de un juez injusto, ¿cómo no responderá Dios a las oraciones de sus hijos?
La historia de la viuda insistente nos enseña que la oración es una herramienta poderosa para obtener lo que necesitamos. Debemos ser insistentes en nuestras oraciones y confiar en que Dios escuchará y responderá, aunque a veces puede llevar tiempo. Pero si oramos con fe y esperanza, Dios nos dará la fuerza y la sabiduría para superar cualquier obstáculo y alcanzar nuestras metas.
"La oración insistente de la viuda: un ejemplo del poder de la oración en acción"