Había una madre llamada Sara que estaba pasando por un momento difícil. Su hijo mayor, Daniel, había estado luchando con una adicción y ella había orado y hecho todo lo posible para ayudarlo, pero parecía que nada estaba funcionando. Sara estaba cansada, desesperada y sentía que estaba perdiendo su fe en Dios.
Un día, mientras leía la Biblia, Sara encontró la historia de Obed, el hijo de Rut y Boaz. Aunque Obed no es un personaje muy conocido en la Biblia, su historia la impactó profundamente. Obed había nacido de una situación difícil, ya que su madre era una viuda moabita que había sido acogida por su suegra judía, Noemí. Pero a pesar de las circunstancias, Obed creció para ser un hombre justo y fiel a Dios.
Sara comenzó a reflexionar sobre la vida de Obed y cómo su madre, Rut, había confiado en Dios a pesar de los desafíos que enfrentaba. Rut había demostrado una fe inquebrantable en Dios y había confiado en Él para proveer por ella y su familia. Y Dios respondió a su fe, bendiciéndola con un esposo fiel y un hijo amoroso, Obed.
Sara se dio cuenta de que, como Rut, ella también necesitaba confiar en Dios y seguir orando por su hijo. Aunque la situación parecía desesperada, ella sabía que Dios podía obrar milagros. Sara decidió renovar su fe en Dios y confiar en Él para guiarla y ayudarla a través de esta difícil temporada.
Con el tiempo, Daniel comenzó a recuperarse de su adicción. No fue un camino fácil, pero Sara mantuvo su fe en Dios y continuó orando por su hijo. Hoy, Daniel es un hombre sano y feliz, y Sara sabe que fue la fe y la confianza en Dios lo que los llevó a ambos a través de su lucha.
La historia de Obed y Rut recordó a Sara que Dios es fiel y que siempre está con nosotros, incluso en los momentos más difíciles. Si Rut pudo confiar en Dios y ser bendecida por su fe, Sara también podría confiar en Él y ser bendecida en su propia vida y en la vida de su hijo.