Hay una historia en la Biblia sobre un hombre llamado Bartimeo, que era ciego. Un día, escuchó que Jesús estaba pasando por su aldea y comenzó a gritar: "Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí".
A pesar de que la multitud trató de callarlo, Bartimeo siguió gritando con más fuerza. Finalmente, Jesús se detuvo y llamó a Bartimeo para que se acercara. Cuando Bartimeo llegó ante Jesús, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?"
Bartimeo respondió: "Señor, quiero recuperar la vista". Jesús le respondió: "Recibe tu vista; tu fe te ha salvado". Inmediatamente, Bartimeo recuperó la vista y siguió a Jesús con gratitud y alabanza.
Esta historia muestra el poder transformador de la oración. Bartimeo tenía fe en que Jesús podría ayudarlo, y su oración persistente y sincera finalmente fue respondida. Esta historia nos enseña que, a través de la oración, podemos obtener la ayuda y el consuelo que necesitamos en nuestras vidas y experimentar una transformación verdadera y duradera.
¿Cómo has mantenido tu fe y esperanza mientras esperas por un milagro de parte de Jesús?