OO

La Fe de Ruth

había en la tierra de Moab una mujer llamada Rut donde ella vivía con su esposo, su suegra Noemí y su cuñada Orfa.

Un día, Noemí decidió regresar a su tierra natal, Belén, después de la muerte de su esposo e hijos. A pesar de que les pidió a sus nueras que se quedaran en Moab con sus propias familias, Rut se negó a abandonar a su suegra y la acompañó en su viaje a Belén.

Cuando llegaron a Belén, Rut trabajó diligentemente para mantener a su suegra y a ella misma, recogiendo espigas en los campos de trigo del rico propietario Booz. Booz, impresionado por la dedicación y la bondad de Rut, decidió ayudarla y la protegió de los otros trabajadores que podrían haberla maltratado.

Booz le permitió a Rut recolectar más trigo en sus campos, incluso lo dejó caer intencionalmente para que ella pudiera recoger más fácilmente. Rut y Booz comenzaron a hablar y a conocerse mejor, y finalmente Booz se enamoró de ella.

Sin embargo, había un obstáculo en su camino hacia el matrimonio: según la ley hebrea, Booz no podía casarse con Rut porque ella era moabita y no israelita. Pero Booz resolvió el problema: le pidió a un pariente más cercano que él, que tenía derecho a casarse con Rut, que renunciara a su derecho. El pariente accedió, y Booz y Rut se casaron.

Rut se convirtió en una figura clave en la historia de la salvación. Ella era la bisabuela del rey David y, por lo tanto, de la línea de Jesús. La historia de Rut nos recuerda la importancia de la bondad, la fidelidad y la dedicación, y cómo incluso las personas más humildes pueden ser usadas por Dios para hacer grandes cosas.

OO
El Poder de la oración y la fe