Había una vez cinco hermanas llamadas Majlá, Noa, Joglá, Milcá y Tirzá. Vivían en tiempos difíciles, en una época en que la ley no permitía que las mujeres heredaran la propiedad de sus padres. Pero estas mujeres eran valientes y decididas, y no permitirían que la ley les impidiera obtener lo que les correspondía.
Después de que su padre muriera sin tener un hijo varón para heredar su propiedad, las hermanas se acercaron a Moisés y a los líderes de Israel para pedir justicia. Y a pesar de que la ley no les permitía heredar, Dios reconoció su valentía y determinación, y les concedió la tierra de su padre como su herencia.
Esto inspiró a las hermanas a orar más profundamente y a confiar más en Dios en su vida diaria. Se dieron cuenta de que Dios las había escuchado y respondido a sus oraciones, y que su valentía había sido recompensada.
A partir de ese momento, las cinco hermanas siguieron orando y confiando en Dios en cada aspecto de sus vidas. Continuaron inspirando a otros con su valentía y fe en Dios, y se convirtieron en un ejemplo para muchas mujeres en todo el mundo.
Así que, si alguna vez te encuentras enfrentando una situación difícil o desafiante, recuerda a las cinco hermanas valientes que oraron y confiaron en Dios. Pide su intercesión y confía en que Dios te escuchará y responderá a tus oraciones.